Cuanto más sonreía, más ganas tenía de odiarlo y aun así, eso era precisamente lo que lo hacía imposible.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Simples recuerdos.

Cogió los recuerdos, los guardó en una caja, y los enterró en lo más profundo del armario, en un intento de olvidarlo para siempre. ¡ILUSA! El corazón no olvida.

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