Cuanto más sonreía, más ganas tenía de odiarlo y aun así, eso era precisamente lo que lo hacía imposible.

sábado, 5 de mayo de 2012

-¿Sabes lo que le regalaría yo a alguien de quien estuviese enamorada?
+No, ¿el qué?
-Una bola del mundo, para jugar con él a cerrar los ojos y hacerla girar y señalar los sitios donde podríamos ir juntos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario