Cuanto más sonreía, más ganas tenía de odiarlo y aun así, eso era precisamente lo que lo hacía imposible.

lunes, 25 de junio de 2012

-Venga, inventate algo, que se yo... Que tienes que recoger la ropa de la azotea, que tienes que ir a buscar algo en casa de una amiga que vive en el piso de arriba, que tienes que escaparte conmigo, dí eso pero sube... Tengo ganas de ti.
+No has dicho "tengo ganas de verte", sino , "tengo ganas de ti".
-Lo sé, y te lo repito : Tengo ganas de ti.
+Yo también tengo ganas de ti.

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