Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores: uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos... esa persona con la que consigues la compenetració
n máxima para estar el resto de tu vida junto a ella...
Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderás siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y les impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejarán de intentarlo... se rendirán y buscarán otra persona que acabarán encontrando.
Pero te aseguro que no pasarás ni una noche, ni una sola, sin necesitar otro beso suyo o tan solo siquiera discutir una vez más... todos sabéis de quién estoy hablando, puesto que mientras leíais esto su nombre ha aparecido en vuestras cabezas.
Te librarás de él o ella, dejarás de sufrir, conseguirás encontrar la paz (sustituyéndola por la calma) pero te aseguro que no pasará ni un día en que desees que estuviera aquí para perturbarlo.
Porque a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.
Paulo Cohelo
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