Cuanto más sonreía, más ganas tenía de odiarlo y aun así, eso era precisamente lo que lo hacía imposible.

lunes, 7 de enero de 2013

Hay cosas que no se explican con palabras.

Una vez le preguntaron a Lewis High un fotógrafo de guerra que porque había elegido esa profesión, el contesto que si pudiese contar con palabras todo lo que veía, no necesitaría cargar todo el día con una cámara de fotos, de ciertos momentos de belleza, de desolación, de horror… y de egoísmo. Estaban más allá de las palabras, yo también lo creo, hay cosas que no podemos explicar con simples palabras. Cosas como seguir vivos, sentimientos como el amor y el compromiso y sensaciones como volver a abrazar a un amigo. Quizás por eso nuestra vida se compone de imágenes, momentos congelados en el tiempo para siempre, de decisiones que cambian sin remedio el rumbo de las cosas, de fotografías fijas guardadas en la memoria que nos recuerdan cada segundo lo hermoso que es vivir. 

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